Tontos con pretensiones








Pocas cosas hay tan peligrosas como tener cerca a un tonto con pretensiones. Por cerebro tienen un adoquín y suelen pertenecer a grupos de idéntico pensamiento. Se les reconoce con cierta facilidad: creen poseer la verdad absoluta y suelen mostrar actitudes muy intransigentes.


Lo mejor que se puede hacer con ellos es ignorarlos, pues es imposible dialogar con quien cree saberlo todo. Su máxima aspiración es provocar una discusión para después presumir de que no les hicieron cambiar de opinión. Ellos lo achacan a su inteligencia y a la bondad de sus fuertes convicciones, ni se les pasa por la cabeza pensar en lo obtuso de sus mentes.

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