¡No temas a la vida, aférrate a ella con fuerza!
Del mismo modo que no has de temer que la lluvia caiga por
tu rostro, no temas emprender nuevos proyectos: te sentirás más vivo.
¿Acaso no es la vida una enorme escalera de caracol por la
que subimos sin casi percibir su inclinación ascendente?
Aprendemos del pasado para construir nuestro futuro, pero no
debemos renunciar a decidir qué caminos tomar. Yo opto por el que me llevará a
conseguir mi sueño, aunque en ocasiones, suponga un paso de fe.
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