Noche de escritura introspectiva




La resaca, tras una noche de escritura introspectiva, viene acompañada de la necesidad de mucho café y de una maravillosa sensación de alivio.
En esas noches entras en un viejo edificio abandonado; abres puertas y ventanas que aparecen olvidadas en algún rincón de la mente y revisas los trastos que guardaste en determinados momentos de tu vida; les quitas el polvo y los sacas a la luz: es entonces cuando puedes conciliar el sueño.

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