Lloré una lágrima gigante
En un sueño lloré una lágrima gigante. Tan grande era, que emprendió
un camino propio hacia el mar: regó los campos de la vega y logró que aumentara
la cosecha; encontró desfiladeros por los que atravesar montañas, y a su paso
dejó un rastro de una vegetación tan frondosa, que sirvió de alimento a conejos,
cabras y ciervos; al llegar a su destino, mi lágrima se entretuvo con unos
niños que querían jugar en la orilla del mar. Saltó, bailó y jugó con ellos:
logró que sintieran la felicidad.
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