Tras una noche en la que he escrito y he soñado: soy feliz.
Tras una noche en la que he escrito y he soñado: soy feliz
Sentarme ante el teclado y plasmar por escrito alguna de las
cosas que pasan por mi mente: locuras varias, sueños que humedecen los ojos, ya
sea por la risa o por ternura. Es magia lo que siento cuando me siento ante mi
teclado; es algo que amo. Nunca dejaré de escribir, pues se ha convertido en el
mejor modo de aprender a quererme.
Me senté a rematar un relato para el que ha llegado su momento y además de terminarlo y despedir así una etapa de mi vida, escribí otro: mucho más fantástico, de un estilo diferente y un ritmo vertiginoso con el que me divertí a rabiar. Al terminarlo me metí en la cama y lo soñé: hoy continuaré el relato con lo soñado. Es magia lo que tenemos en nuestra cabeza: es el salvavidas que me arroja el subconsciente cuando zozobro hacia la pena.
Lo que escribo se alimenta de mis sueños y viceversa.
Si algo me une a la vida es la magia que se produce al
escribir. Y aunque sea el único que lea mi obra, os aseguro que vale la pena.
Comentarios
Publicar un comentario